Porque há que procurar o melhor nas pequenas coisas

Lindo de morrer este poema.
Para ler inteirinho.

He visto el inicio de un viaje

He visto el mar,
paisajes únicos,
gaviotas planear,
rocas,
cortados,
plantas de todos los colores,
he visto arena,
huellas,
olas que vienen y van,
he visto niños,
familias,
amigas,
amigos,
partidos de fútbol,
pelotas de rugby,
de bádminton,
padres jugando con los hijos,
niños felices haciendo castillos en la playa,
he visto solteros morenazos esperando ser cazados,
he visto gordos y gordas felices,
viejos y viejas de la mano, abrazados.
he visto gente corriendo,
sonriendo,
familias gritando,
parasoles,
sombrillas,
paravientos,
baños de diseño,
chiringuitos de madera,
baños públicos,
y mierdas en los caminos.
he visto camisetas rojas,
familias enteras de amarillo.
he visto parejas,
bicicletas,
gente con sudaderas,
y gente casi desnuda.
he visto rubios tatuados,
he visto pictogramas en las paredes,
mensajes de amor,
de olvido.
he visto huellas que se las lleva el viento,
el mar.
pisadas que van y que vienen,
pero no te he visto a ti,
ni a mi.
he visto un tipejo con bañador ajustado, mochila, sombrero y toalla.
he visto como se bañaban niños y niñas,
he visto hormigas,
escarabajos,
familias de pescadores,
familias mayores.
he visto amaneceres increíbles,
y he visto que no podía cenar sólo.
he visto tiendas,
construcciones nuevas,
negros trabajando sin parar.
mis pies descalzos por las rocas.
he visto parapentes,
piraguas,
hamacas,
sombreros,
gorras,
chicas sólo de negro.
he visto gimnastas entrenando en posturas inverosímiles.
he visto patatas fritas,
comida,
bebida.
he visto gente con cubos de erizos,
arena con cáscaras de naranja.
he visto mierda verde y oscura.
he visto grutas,
escondrijos,
cangrejos muertos,
cigarrillos,
castillos de arena,
casa de monjas,
y casas de putas.
he visto el móvil por si recibía alguna contestación.
he visto las flores más bonitas,
las nubes más rápidas,
las más tristes,
pero no te he visto a ti,
ni a mi.
he visto soledad,
tristeza,
tiempo robado.
he visto crustáceos entre rocas milenarias,
he visto piedras,
palos,
perros jugando,
y perros durmiendo.
he visto furgonetas con parejas en acantilados.
he visto autobuses que se iban
y toallas solitarias,
diques,
puertos,
miradores,
grupos de alemanes,
de franceses,
de portugueses,
de españoles que hablan alto, que no dicen demasiado.
he visto comprar un “frango no churrasco” para llevar.
he visto coches con tiendas.
he visto amaneceres únicos.
y ver la 01.03 en el reloj.
he visto tanto y nada (…)
viento que viene y va.
he visto botes de agua,
sudaderas,
pantalones cortos,
vigilantes esperando ser mirados,
tíos abiertos de piernas esperando ser vistos.
he visto al niño,
he visto al hombre,
al que no sabe que hacer con su libertad.
he visto lo mirado,
lo perdido.
he visto por qué hay canciones que no querías oír.
he visto libros,
papeles,
ropa roja,
ropa tendida,
ropa mojada,
conchas,
piedrecitas,
musgo,
y las olas del mar,
y gente mojándose a las 9 de la mañana,
y gente con traje, tabla y arpón.
he visto mandíbulas cerradas,
ojos que no pueden más.
he visto como la voz no salía,
o como te dejaba marchar,
he visto gotas de lluvia,
y deseo de marchar.
he visto mensajes de ayuda sin contestar.
he visto amistades.
cariños y gotas a punto de escapar.
he visto el calor.
he visto barbas,
marineros,
y amigos con los que estar.
he visto dolor y tristeza.
he visto fotos que recordar.
he visto viajes.
he visto noches en blanco,
y noche que rememorar.
he visto noches con ordenadores,
y noches durmiendo sólo.
he visto las horas pasar.
he visto libros,
revistas,
he visto mapas,
rutas por explorar.
he visto regalos,
gente que te invita a tomar.
he visto noches de fiesta sin fiesta.
he visto días sin siesta,
y sueños cuando no han de estar.
he visto que he perdido tu aroma.
he visto como mi pelo se convertía en un manojo de pelos sucios,
he visto tu cuerpo desnudo,
arreglándose para estar.
he visto tus ojos.
he visto tus dedos,
tus labios,
tu ombligo,
tus pies.
te he despejado el pelo de la cara,
pero también te he visto marchar.
he visto papeleras,
papeles higiénicos,
niños llorar,
palas,
castillos,
trincheras.
he visto pasar las horas
y ningún mensaje llegar,
juncos,
palmeras,
árboles japoneses,
niños corretear,
mujeres de blanco impoluto,
familias indias con niñas encremadas de blanco impoluto.
he visto negros esperando una oportunidad,
amigos,
amigas,
hermanos,
padres e hijos,
hijas de la mano de sus madres mayores,
o como un niño le ayudaba a andar a su abuela.
he visto grúas,
edificios,
castillos y palacios,
plazas de diseño,
pulseras,
rameras.
he visto como mi corazón me dolía.
he visto niños con cestas,
abuelas con cubos,
viejos en moto,
gente pasear.
he visto como mi padre recuperaba a su padre
mientras dejaba a su madre marchar.
he visto niños recogiendo piedras,
camisas a rayas,
hippies redimidos,
anoréxicas,
y gordas a punto de explotar.
niños chutando contra porterías imaginarias,
gorros y gorras,
gordos y gordas en paz.
he visto que no he comido,
he visto que algo no me deja en paz.
he visto silencios.
nubes marchar.
he visto libros que nunca quiero empezar.
he visto un montón de cosas que nada importan ya.
he visto tipejos sin pasta,
apuntes ilegibles,
gente que se quiere bañar,
pero no te he visto a ti,
ni tampoco a mi.
he visto futuros inciertos.
he visto noches esperándote
y amigos que no me han dicho “na”.
he visto caravanas,
mujeres en bragas,
nadadores,
y un frío que me recorre ya.
he visto a él y a ti,
me he visto a mi.
he visto que muchas de las cosas que le dabas importancia,
ninguna tenía ya.
he visto estómagos destrozados.
rodillas que no me dejaban en paz.
avionetas,
aviones,
amigos que lo han pasado mal.
he visto mi felicidad continuada,
he visto viajes increíbles,
he visto paseos increíbles,
caricias.
he visto sillas acumular,
y trayectorias por comenzar,
he visto huellas de espacios comunes.
he visto que todo comenzó ya.
he visto rupturas.
primeros amores,
y pasillos de facultad,
amigos perdidos,
y amistades de verdad.
he visto mierda flotando,
y juntarnos a “rajar”.
he visto molinos,
hórreos,
o campos de energía solar,
he visto moles de rocas por las que pasear,
he visto que estoy sólo,
he visto que no estoy sólo.
he visto vidas por recuperar,
salidas,
viajes,
y vidas por cambiar.
he visto trabajo y noches sin parar,
y becas y justificaciones,
y mierdas que no nos dejan parar.
he visto que ya no preocupa el futuro,
he visto viajes futuros sólo,
y viajes contigo.
he visto películas,
canciones,
exposiciones.
he visto dolores de espalda,
y cenas preparadas ya.
he visto esperarte.
he visto desearte,
he visto chuparte,
sentirte,
he visto como me iba ya.
he visto demasiadas veces que no quería pero que ella sí.
he visto tristeza,
he visto tu pereza.
he visto mañanas de besos.
he visto parejas jugando a las palas,
a las damas,
partidas de cartas,
trenes en los que jugar.
chicas ajustándose el bañador,
y chicos sin parar de tocársela,
y nubes que vienen y van.
he visto viajes,
trajes,
y ropa que se ha de tirar.
regalos, compras que nunca se han de usar.
he visto coches para uno,
y acompañantes mochilas,
acompañantes sombreros,
acompañantes bolsos y bolsas,
acompañantes imaginarios.
y pendientes en la tripa,
y pendientes en los labios,
y pezones duros como escarpias,
y sexos que no quieren bajar.
y llamadas que no llegan ya.
he visto a un padre decir a su hijo,
“esto es un cañón que va a disparar contra el hotel”,
he visto puentes rojos,
grandes cadenas.
he visto tejados vallados,
puestas de sol sobre miles de azoteas.
he visto mimos,
mujeres con rastas,
colgados,
“hareKrishnas”,
faldas a cuadros,
relojes,
torres,
iglesias,
grúas,
edificios demasiado altos,
edificios caídos,
tejados a lo “versalles”,
y azulejos portugueses,
gafas “wayfarer” rojas,
y venta ambulante,
puestos de chocos,
sardinas,
peixe espada,
peixes,
chimeneas olorosas,
cruces,
ángeles,
santos,
antenas,
bares,
fábricas,
acantilados.
me he visto a mi mismo deambular sólo.
pero no te he visto a ti.
he visto campanarios,
iglesias,
curas,
chimeneas,
contraventanas,
hippies,
pintores de brocha gorda,
pueblos perdidos,
calles vacías,
suelos adoquinados,
lluvia rápida,
nubes muy rápidas,
turistas,
avionetas,
miles de carteles de “vende-se”,
fincas rústicas,
chalets de todas las índoles,
casas amarillas,
casas rojas,
un perro atropellado,
un puerco-espín,
un gato,
creo que he visto estrellarse un pájaro contra el coche.
he visto servicios convertidos en jungla.
he visto concentraciones de auto-caravanas,
puertos llenos de yates,
chinos y chinas,
indios con plumas,
negros,
africanos con túnicas,
con rastas,
parejas vestidas con la misma tela roja estampada,
he visto como robar wifi en el centro,
he visto miradas,
y esquivas,
esquinas,
calles empedradas,
cortadas,
caminos sin fin.
he visto perderse al GPS,
y sin embargo llegar al fin.
he visto millones de personas agrupadas en un plaza con vistas al mar,
he visto a un niño fumar,
mochilas,
pañuelos,
ponchos,
yembés,
pitas,
piedras.
he visto lofts,
y casas abandonas,
pueblos abandonados,
vendedores de cerveza,
de discos, películas, gafas, tiritas, encendedores, lotería.
jerséis marrones con círculos azules menos uno.
he visto mujeres afeitadas,
y peluquines amarillos,
zapatillas horteras.
he visto cúpulas,
crápulas,
caraduras.
he visto palomas,
gaviotas,
gafotas,
andaluces,
la ciudad llena de luces,
la oscuridad,
los paseos nocturnos,
los arrecifes […],
las nubes marchar,
he visto libertad y mi soledad,
sombreros de brujo,
becquers o cervantes,
pedos tonificantes.
he visto murallas,
casas recubiertas de verde,
farolas,
quioscos,
torna-vientos,
cigüeñas,
viejos con bastones,
saludos con puños,
manos que se rozan,
cabezas que se apoyan,
calzoncillos a rayas,
y japoneses bebiendo cerveza,
portátiles,
trajes,
guitarras.
he visto ventanas rojas,
azules,
blancas,
farolas,
callejuelas,
pinos,
verjas,
coches de todos los colores,
concentración de minis,
minis-camioneta,
coches trincheras,
calles empedradas,
portones azules,
boinas,
pies descalzos,
paraguas,
enredaderas,
rincones maravillosos.
he visto increíbles árboles destrozar el suelo que lo sustentan,
personas presumir de sus viajes,
de sus vidas.
miradas mágicas,
instalaciones increíbles,
invisibles,
construcciones,
suelos levantados,
camionetas,
camiones,
sillones abandonados,
sillas tiradas,
esculturas de madera,
andamios,
tendederos,
“ruas”.
he visto como entrevistaban a curas,
o cómo pedían dinero en varios idiomas,
he visto mapas de portugal,
guías,
tendederos,
viejos asomados a las ventanas,
retretes en el suelo.
y personas solteras-solitarias deseando hablar.
uñas pintadas de azul,
teteras japonesas para tes de sobremesa,
colas para restaurantes,
para museos,
para cajeros.
he visto como llegaba el primero al museo,
he visto como todos dormían,
como estaba todo cerrado.
a ti hace tiempo que no te veo,
y a él tampoco.
he visto llover y amanecer,
saltar y correr,
cubrirse y descubrirse,
llorar y reír,
sentir y padecer.
he visto casados y amargados,
y parejas de enamorados.
familias multicolor,
pantallas multicolor,
y póster multicolor,
combos,
turbinas,
motores,
tornillos más grandes que mi brazo.
montañas de carbón,
de tierra,
de excavaciones,
grúas,
tractores,
ganaderos y perdedores,
golosinas de colores,
pasteles,
troqueles,
e incluso doseles.
he visto tantas cosas.
pero tú ya no estabas, tú te habías ido.
he visto parejas susurrarse,
gritarse,
mirarse y no tratarse.
he visto escritores,
pintores,
colectores.
he visto nada,
no podía ver nada,
ha veces hasta consigo ver y disfrutar,
hasta consigo comer, ser y estar,
a veces hasta te veo.
cerca muy cerca,
pero luego te vas.




mario gutiérrez cru 13 abril 09
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